Factores a tener en cuenta al elegir un cosmético corporal
La que más y la que menos, sobre todo cuando iniciamos la clásica operación verano, utiliza algún producto anticelulítico, reductor o reafirmante.
El mundo de las cremas corporales es muy amplio, pues es un cosmético que provoca amor o rechazo total. La constancia con él en el día a día es muy importante para mantener la piel hidratada, elástica y flexible. Pero entendemos que no te llamen la atención, y es por ello que vamos a darte algunas claves para que empieces a incluir este producto en tu vida.
Uno de los puntos clave es la textura, por eso te explicamos las diferentes opciones. Si el formato te resulta agradable, será más probable que lo incorpores a diario en tu rutina de higiene corporal.
TEXTURA
Elige una textura que resulte agradable (ligera, untuosa…). Si no te resulta apetecible, lo más probable es que la acabes dejando olvidada en el baño.
COMODIDAD
Acondicionador corporal. Una de las opciones para introducirte o un paso previo sería usar un acondicionador para la ducha o crema aclarable, ya que no te agobiará porque se aclara dentro del agua y deja la piel suave. Con el paso del tiempo, tu piel te irá pidiendo más y más nutrición y será ahí donde compres una crema corporal más adecuada a tus necesidades.
NECESIDADES
Según tu necesidad. Si tu piel es seca, es grasa… será importante que elijas las fórmulas que más vayan contigo y con tus gustos, pero se tendrán que adaptar a tu piel para que acepte y absorba bien el producto.
ZONAS
Empieza solo por una zona: y te aconsejamos que empieces por aplicar hidratación en las piernas, al ser la zona más seca y donde más vas a notar el cambio.
INVERSIÓN
No inviertas tanto en un principio. Si no eres amante de las cremas corporales y, teniendo en cuenta que viene mucha cantidad, es preferible que no te gastes mucho dinero en un primer momento y que elijas algo calidad/precio razonable. Si logras enamorarte de ese producto, ya vas ampliando horizontes.
APLICACIÓN
Lo más cómodo es aplicar una pequeña cantidad en las manos, aplicar el propio calor de las mismas, emulsionar y masajear sobre la zona corporal elegida.
En el caso de las piernas, comienza con un ligero masaje ascendente desde el tobillo hasta el muslo realizando ligera presión con los dedos a modo de masaje drenante.
En la parte superior del cuerpo podemos realizar el mismo procedimiento, pero con movimientos circulares ¡y no olvides la espalda!
UNA TEXTURA PARA CADA TIPO DE PIEL
Emulsión
Las emulsiones se caracterizan por tener un peso molecular ni muy pesado ni muy ligero, lo que hace muy agradable y confortable su aplicación. Es lo que habitualmente conocemos como leche corporal hidratante, y la utilizamos desde niños hasta adultos. Son muy cómodas en su aplicación y se absorbe rápidamente sin dejar residuos o exceso de producto en piel, lo que hace que sea la textura favorita de las que siempre van con prisas.
Crema
Es un producto que contiene mayor porcentaje de lípidos (aceites), por lo que su consistencia es un poco más espesa, ideal para pieles secas y atópicas.
Para que no deje residuos o sea difícil de aplicar, el consejo es aplicar por zonas y calentar el producto previamente con las manos.
Crema rica
Si hablamos de cosmética corporal, las denominadas cremas ricas (tan utilizadas en cosmética facial) son las más nutritivas.
Son cremas con alto contenido de ácidos grasos saturados y glicéridos. El resultado es una crema mucho más densa que una hidratante habitual. Se trata de un producto rico en aceites nutritivos y regeneradores, lo que hace que estas cremas sean especialmente indicadas para pieles extremadamente secas.
Gel crema
Son productos semisólidos de textura fresca, compuestas por líquidos a los que se añade un agente gelificante. Tiene la consistencia de una crema, pero sin oleosidad.
Aceites
De sobra conocidos, la clave está en los aromas de los aceites esenciales que se utilicen. Siempre llevan como base un aceite portador que suele ser de almendras.
La mayoría de los aceites corporales llevan en su composición aceite regenerador como el de rosa mosqueta. Lo importante realmente en estos productos es que, si decides utilizarlos, sean de origen vegetal y 100% naturales.
Los aceites minerales, es decir, derivados de petróleo, únicamente recubren la piel con este producto. Realmente es como si forrases tu piel con un film, dando como resultado que simplemente haya una oclusión de la piel. En ocasiones esto puede provocar o acentuar los problemas de las pieles atópicas.
Hay un truco muy sencillo para las que no soportan los residuos de aceite en ropa y piel: aplicarlo después de la ducha o baño, pero aún con la piel húmeda. De esta manera se crea una emulsión y se absorbe perfectamente sin perder propiedades y sin dejar residuos.
Bálsamo
La textura o formato en bálsamo es cada vez más demandado y apreciado. La comodidad y facilidad de aplicación hacen este producto muy accesible. El bálsamo nos aporta todos los beneficios de un aceite y la facilidad de una crema. Al aplicar el producto y entrar en contacto con el calor corporal es cuando el bálsamo se transforma de sólido a textura más líquida sin exceso de producto. Lo mejor es aplicar una pequeña cantidad y calentar con ambas manos repartiendo posteriormente el producto por la zona a hidratar.
COSMÉTICA CORPORAL ESPECÍFICA
Después de conocer las diferentes texturas o formatos de presentación de los cosméticos corporales no debemos olvidar que los podemos clasificar también por su función.
Desde una hidratación más o menos intensa a cosméticos anticelulíticos, drenantes, reafirmantes, reductores, circulatorios. ¡Conoce los más habituales y sus características!
Humectantes. Las cremas humectantes, a diferencia de las hidratantes, lo que tienen es la capacidad de retener la humedad y atraparla para generar una barrera de protección natural y evitar la deshidratación. Las cremas hidratantes aportan agua a la piel para mejorar su elasticidad, su capacidad de absorber humedad y los nutrientes.
Drenantes. En cualquiera de sus presentaciones encontramos cosmética enfocada a eliminar la retención de líquidos, relajar y aliviar las piernas cansadas. El objetivo de estos productos es procurar de manera inmediata la sensación de ligereza y bienestar. Cualquiera de estos productos aporta también hidratación y suavidad.
Reductores. Son cremas de uso diario de gran poder reductor y que eliminan las células grasas, inhiben la creación de nuevos depósitos de grasa. Suelen llamarse productos come grasas, en ocasiones tienen efecto calor.
Anticelulíticos. Muchos de estos productos utilizan principios activos como la cafeína que eliminan toxinas, activan el metabolismo y reducen la piel de naranja. Tienen efecto diurético, vasodilatador y activan localmente la lipólisis.
Circulatorios. Mejoran la circulación sanguínea y linfática. Con propiedades antioxidantes, alivian la pesadez y sensación de molestia en las extremidades inferiores. La principal diferencia con los productos drenantes es que suelen tener componentes que aportan frescor, como los llamados” geles fríos”.
Reafirmantes. Su objetivo es recuperar la tonicidad de la piel y su firmeza. Suelen incluir componentes como el silicio o el ácido.
Pieles atópicas. Este tipo de pieles requiere de productos muy concretos. Además de cremas y lociones, podemos utilizar aceites como el de Massada natural de frutas del Mediterráneo. Con aceites esenciales de naranja y limón, revitaliza la piel y regenera los tejidos. También ayuda a calmar diversas afecciones cutáneas (dermatitis, eczemas, psoriasis…).
Busto. El gran olvidado en cuanto a los productos corporales, actualmente ya existen cosméticos específicos para esta zona, suelen ser en aceite y lo mejor es realizar un masaje ascendente. Un buen ejemplo es el aceite reafirmante que rejuvenece y embellece el busto de forma natural. Este producto es altamente regenerador y con efecto antioxidante ralentizador del envejecimiento celular. Incorpora Ylang–Ylang, que aporta una sensación de mayor densidad y tonicidad al busto, además de satinar la piel.