Al terminarse las vacaciones, debemos reencontrarnos con la realidad de la rutina. Durante las vacaciones, olvidamos los horarios de las comidas, nos vamos a dormir tarde, desconectamos de las obligaciones e improvisamos las actividades diarias.
Todo esto comporta que nuestro reloj biológico se altere y provoque ciertos desajustes en el organismo. El estrés postvacacional es una de las alteraciones más comunes de la vuelta al trabajo y a las obligaciones diarias. La alteración de nuestra alimentación durante las vacaciones suele crear desequilibrios en los neuromediadores que regulan el comportamiento y la saciedad.
Si este verano nos has podido evitar caer en la tentación de darte más de un capricho gastronómico, tomad nota de nuestros consejos para recuperar tu figura:
Beber agua: incrementa el consumo de agua que te ayudará a depurar el organismo a través de los riñones y el hígado ya que les ayudará a funcionar de forma más efectiva. Además incrementarás la circulación sanguínea de forma que se diluirán las toxinas y se eliminarán más fácilmente. Esto nos ayudar a acelerar el metabolismo nada más levantarnos y así tener una mayor actividad a lo largo de la jornada.
Acelerar el metabolismo después de las vacaciones es una buen alternativa para recuperar nuestro estado normal. Por ello podemos echar mano también de sustancias que nos ayudarán a conseguirlo como por ejemplo las infusiones, después de cada comida podemos acompañarnos de una de ellas. Lo mejor es alternar diferentes tipos, ya que abusar de un tipo determinado no es la mejor opción.
Zumos de frutas: aprovecha para tomar zumos de frutas antioxidantes preferiblemente naturales y no envasados, pero si te decantas por éstos últimos, presta atención al envase y elige aquellos que no tengan azúcares añadidos. Son una muy buena opción en el desayuno, nada más levantarnos.
Introduce en tu dieta alimentos desintoxicantes: intenta tomar al menos cinco alimentos desintoxicantes como son la alcachofa, el berro, plátanos, aguacate, remolacha, ajo, manzana, tofu o ciruelas.
Cereales integrales: son más saludables ya que además de aportarnos fibra, producen una mayor sensación de saciedad, con lo que además conseguiremos comer un poco menos.
Lácteos desnatados: yogures, la leche y preferiblemente los quesos frescos ya que poseen menos sodio y grasas que los quesos curados.
Reduce el consumo de sal: así evitaremos la retención de líquidos y favoreceremos la eliminación de los que ya tenemos retenidos. Para condimentar nuestros platos, podemos usar hierbas y especias para hacerlos más sabrosos a pesar de no llevar sal.
Os esperamos en nuestros de centros de éstetica Ángela Rueda para ofreceros los mejores tratamientos corporales y faciales para vuestra vuelta a la rutina.