Los cambios en tu piel
Las pieles más cuidadas y sin impurezas os enfrentáis por sorpresa al acné y, si siempre has tenido la piel grasa, probablemente se te vuelva seca como el esparto.
Nunca se sabe a priori cómo va a afectarle a tu piel el embarazo. A veces ganas un brillo especial debido al aumento del riego sanguíneo. Las hormonas actúan aumentando la cantidad de sebo en la piel, lo que puede provocar desde un ligero brillo a una piel completamente grasa que deriva en brotes de acné.
Si ya sufrías de acné previamente al embarazo, es probable que este empeore durante la gestación, pero en ocasiones puede girar al extremo opuesto y tu piel se vuelve seca y con descamación.
Con esto quiero decirte que lo primero es identificar los cambios sufridos en tu piel. A partir de esa identificación, podemos empezar a poner soluciones. Todo esto cuando estás embarazada es mucho más complicado, hay que intentar equilibrar la piel casi semana a semana.
Es casi una broma que durante el embarazo, que es cuando puedes utilizar menos productos para la piel que nunca, muchas de vosotras es justo cuando sufrís acné hormonal o más imperfecciones de las habituales.
Neceser beauty durante el embarazo
Conseguir tus productos adecuados o los imprescindibles en tu neceser beauty te ha llevado mucho tiempo y esfuerzo junto a tu facialista. Y ahora ¿qué? ¿Dejamos de utilizar todos nuestros productos habituales? ¿Eliminamos solo algunos de ellos?
PRODUCTOS NO ADECUADOS
Optar por productos naturales no siempre es la solución, ya que los hay que son incompatibles con el embarazo como veremos más adelante.
Como norma habitual, durante el embarazo vamos a depositar los cuidados faciales en los productos específicos para pieles sensibles ya que la tendencia de la piel es a volverse más inestable debido a los cambios hormonales que sufre el organismo.
Más vale relegar por un tiempo al fondo del armario tus productos habituales y sus ingredientes activos, sobre todo los que contienen Vitamina A y sus derivados como el retinol.
Lo aconsejable es buscar el asesoramiento de tu facialista de confianza, quien te conoce la piel o va a saber identificar tus necesidades y saber qué productos son los adecuados para tu tipo de piel y según los cambios que se van produciendo, ya que las hormonas pueden fluctuar y pueden ocasionar altibajos recurrentes.
Lo más adecuado es abstenerse absolutamente de cualquier tipo de protocolo estético agresivo hasta después del parto. ¿Qué es lo más sensato? Pues mantener una piel sana, con una higiene sencilla pero rigurosa y metódica. Por supuesto, es imprescindible también mantener una hidratación adecuada en este momento.
Las infiltraciones están prohibidas y los procedimientos invasivos en general no son en absoluto recomendables.
Rutina sencilla y cambio de productos
Para combatir o incluso anticiparse a cualquier problema de la piel, es mejor seguir una rutina sencilla pero rigurosa y con productos que no impliquen ningún riesgo.
Siempre con el visto bueno de tu ginecólogo, podemos optar por ingredientes como la vitamina para calmar en la piel el efecto de las hormonas.
Para conseguir el famoso brillo especial de las embarazadas, también es crucial exfoliar la piel con regularidad evitando la utilización de ácidos, pero optando por productos de limpieza y exfoliantes mecánicos que no agredan a la piel.
Aceites esenciales. Productos naturales
Si te encantan los cuidados de la piel a base de plantas y productos naturales, puedes seguir utilizándolos, pero siempre revisando sus ingredientes. Además, el olfato durante este periodo se agudiza y puede ser que los aromas de determinados productos cosméticos, aún siendo naturales, te provoquen rechazo. Así que este punto es decisivo para utilizar o no el producto en cuestión, ya que los aceites esenciales pasan en una mínima proporción al torrente sanguíneo y algunos poseen propiedades estimulantes. Lo mejor es leer antes de usar ya que y que aún se desconocen sus posibles efectos secundarios sobre el desarrollo del feto.
Eso no significa que dejes de utilizarlos, pero recomendamos que sean sobre todo aceites llamados portadores como es el de almendra o avellana, rosa mosqueta, argán, para aportar beneficios hidratantes y elasticidad a la piel.
Durante el embarazo son más frecuentes los casos de fotosensibilidad, así que si te vas a exponer al sol, evita aceites esenciales puros, ya que al estar la piel especialmente sensibilizada en esta etapa, pueden desatar reacciones cutáneas similares a las quemaduras solares.
Las manchas
La pigmentación de la piel o aparición de manchas, sobre todo en pieles morenas, es uno de los problemas faciales más habituales. En la zona donde vivimos esta situación se prolonga casi todo el año.
Las mujeres de entre 20 y 45 años y piel oscura tienen mayor riesgo de padecer una alteración de la pigmentación conocido como melasma y más coloquialmente como “paño de embarazo”. Son manchas irregulares que aparecen principalmente en frente, pómulos y sobre todo labio superior. En muchos casos desaparecen o se atenúan unos meses después de dar a luz, pero en algunos casos puede ser persistente.
El tratamiento de esas manchas persistentes deberá aplazarse hasta unos meses después de dar a luz, pero eso lo trataremos en otro post. De momento, lo mejor que podemos hacer es utilizar la protección solar como nuestro mejor aliado.
La protección solar ha de ser tu prioridad
Durante el embarazo es importante limitar la exposición a los rayos UV, especialmente durante el primer trimestre.
Si puedes, permanece a la sombra el máximo de tiempo posible, utiliza sombreros, aplícate protección solar de amplio espectro, con SPF de 30 a 50 cada dos horas y asegúrate de usar filtros minerales y oil free, ya que ejercen de pantalla en la superficie de la piel en lugar de absorberse.
Si no quieres renunciar por completo a verte con un poco de tono dorado en la piel, ese punto saludable, lo mejor será que recurras a los autobronceadores, los hay muy sencillos de aplicar y con unos tonos muy naturales. No hay problema en usarlo durante el embarazo, pero acuérdate de realizarte antes una prueba en una zona del cuerpo para prevenir reacciones alérgicas. Evita los que son en spray ya que puedes inhalar el producto sin querer y puede tener efectos no deseados.
Cuidados corporales: las temidas estrías
La aparición de estrías durante el embarazo es muy frecuente, tanto que suele afectar entre un 50 a un 80 por ciento de las mujeres gestantes.
Lo que hemos de tener claro es que es imposible prevenirlas al 100%, ya que la genética juega un papel esencial en la aparición de estrías asociadas a la gestación. Pueden prevenirse bastante o incluso reducirse si mantenemos la piel fuerte, flexible e hidratada.
Los automasajes aumentan la flexibilidad de la piel y reducen las estrías. Para este caso, los aceites como ya hemos comentado y las mantecas como la de karité, ayudan a nutrir la piel, mantienen su elasticidad y minimizan el enrojecimiento en caso de aparecer.
La aplicación de estos productos en el cuerpo ha de ser a diario y siempre es un buen momento para realizar un automasaje donde nos daremos mimos a la vez que mimas a tu bebé. Es un momento de conexión diferente entre madre y bebé que aumenta los lazos.
Masajea la piel con un aceite o manteca dos veces al día, incidiendo en las zonas más propensas a las estrías, como el pecho, los muslos, el vientre, los flancos y los glúteos. Es importante saber dónde incidir en el automasaje de aplicación de estos productos a diario.
Muchas veces tendemos a aplicar mucho en la barriga y olvidamos los flancos traseros, que es de donde tira la piel para cubrir sus necesidades. Nunca es excesivo aplicar dos veces ya que has de tener en cuenta que probablemente la sequedad de la piel corporal sea más acentuada en este periodo, y si es invierno o vives en zonas de frío, con mucho más motivo.
Te recomendamos utilizar productos ecológicos aptos para embarazadas como los aceites de SCENS que utilizamos en muchos de nuestros tratamientos habitualmente.
Pero, ¿y si la estría ha aparecido?
Si ya ha aparecido la estría, pero es reciente, puede ser tratada con aceite de rosa mosqueta puro aplicado de manera local y constante para reducir su tamaño sensiblemente.
¿Sabes como reconocer una estría reciente y si aún estamos a tiempo de reducir su tamaño? ¡Fácil! Cuando aún está enrojecida.
El masaje en cabina: necesidad y relajación
No hace falta dejar todos tus tratamientos favoritos solo porque estés embarazada. De hecho, dedicar un tiempo a mimarte es muy beneficioso para mente y cuerpo ante la llegada de tantos cambios. Como premisa básica, conviene evitar todo lo que implique calor, radiofrecuencia o láser, o aparatología.
Una sesión de masaje es el antídoto necesario contra los dolores musculares, lumbares y las molestias que tengas como la retención de líquidos o pesadez de piernas, pero también mejora la presión arterial alta, el insomnio y la ansiedad.
Relajar y estirar el tejido muscular te ayudará a sobrellevar los cambios que experimentas durante el embarazo. Las endorfinas que se liberan cuando recibes un masaje, representan a menudo un estímulo muy positivo en el estado anímico y en la sensación de bienestar.
Incopatibilidad del masaje
En general no está recomendado realizar ningún tipo de masaje profesional antes del tercer mes de gestación y, por supuesto, si lo prohíbe expresamente tu médico.
En el último trimestre es recomendable realizar una sesión de masaje circulatorio combinado con drenante al menos una vez a la semana o cada 15 días según las necesidades personales.
Masaje para dos, futura mamá
En el último mes de gestación el masaje es el que llamamos MASAJE PARA DOS, donde realizamos unas maniobras muy concretas bajo un protocolo personal de Angela Rueda. En este masaje el beneficio es para la mamá y el bebé, se realiza a ambos mediante posiciones específicas y maniobras únicas.
Aparatología
No somos muy partidarias de realizar tratamientos con aparatología durante la gestación, aunque la endermología de LPG sería aplicable sin problema ya que realiza un masaje mecánico sin otro tipo de tecnología.
El motivo de no realizarlo es porque el contacto manual piel con el cuerpo de la futura mamá nos ayuda a potenciar los efectos beneficiosos del masaje, podemos reconocer donde incidir en las maniobras adecuadas para aliviar tensiones y retenciones.
¿La alimentación también puede ayudar?
Por supuesto, la alimentación en este periodo de la vida ha de ser el pilar fundamental. Sabemos que a veces es complicado luchar contra nauseas, mareos y angustias… Si a eso le añades el rechazo a algunos aromas y olores, pues puede resultar complicado mantener en tu dieta habitual algunos de los alimentos imprescindibles.
Para mejorar la elasticidad de la piel, también ayuda seguir una buena alimentación rica en vitamina E, presente en el aguacate, nueces, semillas, aceites vegetales y los alimentos ricos en colágeno.
¡Agua y más agua! No hace falta recordar que el nivel de hidratación ha de ser elevado y has de beber el agua suficiente para mantener los niveles óptimos.
Ejercicio ¿sí o no?
Sin duda el ejercicio suave o moderado, según la fase de embarazo en la que te encuentres, es necesario para mantener la piel y el cuerpo preparados para lo que viene.
Esta actividad física mantendrá el nivel de hormonas bajo control y además de manera regular nos ayudará a que el aumento inevitable de peso sea de manera progresiva, lo que favorece que la aparición de estrías sea menor en cantidad y tamaño.
Manicuras y pedicuras ECO
Si estás habituada a realizarte la manicura o pedicura, ¡continúa haciéndolo! Es un método perfecto para sentirte guapa al momento, pero siempre procura que sean lacas libres de sustancias químicas. Opta por los productos naturales en este caso.
Y llegados a este punto, esperamos que disfrutes lo máximo posible de tu embarazo y calma para adaptarte a los cambios que se avecinan.
En otro post os daremos la guía para los cuidados y tratamientos post parto.
¡Feliz espera!