Empezando con un poco de ciencia hay que decir que los radicales libres son unas moléculas muy inestables que han perdido algún electrón y se lo intentan robar a una molécula que tienen al lado, para no tener número impar de los electrones. De esta manera inician una cadena de reacciones, popularmente llamada estrés oxidativo, que sin entrar a los detalles de bioquímica, provoca daño a las células de nuestro cuerpo y son el responsable por el envejecimiento celular y degradación del colágeno y de la elastina (nuestros dos ¨imprescindibles¨ para mantener la piel flexible y sin arrugas).
¿Cómo afectan realmente los radicales libres a nuestra piel?
Primero: Atacan a las membranas de nuestros tejidos como si fueran una arma constantemente disparando. Esto provoca endurecimiento de las membranas, con el fin de que los nutrientes no pueden llegar a nuestras células para nutrirlas. ¿Las consecuencias? Piel mal nutrida, sin brillo, más fina.
Segundo: Los radicales libres producen ácido araquidónica, una de las más proinflamatorias sustancias que hay si está en exceso en nuestro cuerpo. Las sustancias inflamatorias producen aún más radicales libres, con lo cual se crea un cirquito del cual es difícil salir.
Efectos habituales sobre la piel
En general, los efectos de la actividad de los radicales libres en nuestra piel, entre otros, son los siguientes:
- Destrucción de colágeno y elastina,
- Aparición de líneas de expresión, piel arrugada,
- Piel más fina,
- Pérdida de elasticidad, flaccidez
- En general: el envejecimiento acelerado.
¿Qué podemos hacer frente ello?
Todos los días nuestro cuerpo produce millones de radicales libres (tras los procesos digestivos, exposición a los rayos UV, a la contaminación, al humo, a los compuestos químicos volátiles, etc.).
Para nuestra suerte tenemos las defensas naturales para combatir este daño: los famosos antioxidantes. Su rol es estabilizar los radicales libres y, en el mismo tiempo, frenar la cascada de estrés oxidativo. Se pueden obtener de dos formas:
- De la forma orgánica: Son los antioxidantes que produce nuestro propio cuerpo, llamados también antioxidantes enzimáticos. Como ejemplo puede servir el famoso glutatión, que se encuentra en el interior de nuestras células. Además: melatonina, coenzima Q10, ácido alfa-lipoico, que también, en ciertas dosis, se encuentran en algunos alimentos.
- De la dieta: Las vitaminas antioxidantes más famosas: A, C y E., pero también otros fitoquímicos como los polifenoles, licopeno (procedente de tomate y sandía), flavonoides.
¿Cuáles son los alimentos más ricos en antioxidantes?
Toma alimentos que contengan gran cantidad de antioxidantes como principalmente las vitaminas A, C y E, pero también la coenzima Q10, los carotenos, selenio, zinc, cobre y flavonoides. Algunos de estos alimentos son los arándanos, las granadas, el mango, el melón, el kiwi, las manzanas, las fresas, los plátanos, las zanahorias, las espinacas, el brócoli, la lechuga, las patatas, el perejil, las coles, la calabaza, los pimientos, los tomates, cereales integrales, té verdes y otros tés, vino, lácteos, yema de huevo, mariscos, etcétera. Siempre es mejor si son producidos de la forma más natural posible, poco o nada procesados, por ejemplo alimentos de producción ecológica.
En general, entre más colorida, variada y rica en alimentos de origen vegetal sea nuestra dieta, más eficaz para combatir los radicales libres y la inflamación (y a la vez frenar los procesos de envejecimiento).
Entre los alimentos con más abundancia de antioxidantes se destacan:
- Brócoli: Con su gran contenido en compuestos azufrados y de la vitamina C,
- Bayas de goji: Vitamina C, A y otros antioxidantes,
- Té verde: Gran contenido en polifenoles,
- Tomate: Por su contenido en licopeno y también la vitamina C,
- Cacao puro: Riqueza en flavonoides,
- Frutos rojos, arándanos azules: Antocianinas, flavonas y vitamina C,
- Ajo, cebolla, ajo negro: Ricos en quercetina y la alina entre otros,
- Uvas: Resveratol y otros flavonoides,
- Granada: Rica en polifenoles y la vitamina C.
Para combatir la inflamación, nos servirán también de gran ayuda los alimentos ricos en los ácidos grasos omega 3 ya que tienen un poder muy antiinflamatorio. La mejor fuente alimentaria de ellos sin duda es el pescado azul (preferiblemente de tamaño pequeño para disminuir la ingesta de tóxicos y contaminantes que se suelen acumular en los pescados de gran tamaño), o, en caso de veganos, las semillas de lino, chía o de cáñamo.
Con esta información podemos ser más conscientes de cómo cuidar a nuestra piel, el cuerpo entero, nuestra juventud, y disminuir la producción y actividad de los radicales libres.