Muchas personas en esta época del año nos preguntamos: ¿cómo debería ser una comida ideal en verano para aportarnos nutrientes sin añadir calorías?. Es muy importante reponer líquidos, tomar antioxidantes que ayuden a contrarrestar los daños del sol en la piel e ingerir alimentos que aporten los minerales que perdemos con el sudor.
La vida está para vivirla pero siempre debemos cuidarnos un poco, por ello, hoy os mostramos unos productos la mar de sabrosos que llenarán de color vuestra mesa y nadie será capaz de resistirse.
Melón
Contiene un 80% de agua y es la fruta perfecta para el verano, ya que, además de hidratarnos, solo contiene 28 calorías por cada 100 gramos. Nos aporta potasio, magnesio y calcio.
Rico en vitamina C pero…¿Qué efecto positivo tiene esta vitamina? Pues nos ayuda a prevenir el estrés y la radiación solar. No hay nada más rico que combinar melón con jamón. Una comida rápida y que a todos gusta.
Tomate
La importante cantidad de agua, su riqueza nutricional y su bajo aporte calórico son uno de los puntos clave para incluir los tomates en nuestra alimentación durante el verano. Y es que en esta época el calor y las vacaciones van acompañados de una disminución de la actividad física.
El tomate es perfecto para que nuestro verano sea de 10. Mucha vitamina C y E y además es antioxidante, ¿qué más se le puede pedir?. Es el ingrediente estrella de cualquier cocina y lo puedes combinar en salsas, hervidos, ensaladas…
Pepino
El pepino es 96 % agua, tiene 12 calorías por cada 100 gramos, sales minerales y vitaminas A y C. Además el contenido acuoso el pepino es considerado diurético y laxante, y por ello es ingrediente indispensable en las dietas de control de peso o adelgazamiento. También es de fácil digestión, regula la función intestinal y tiene función antiinflamatoria.
El pepino está repleto de beneficios. Si eres de los que retiene líquidos, estás ante uno de tus aliados perfectos. Lo puedes combinar en ensaladas, sándwiches o ponerlo en el sushi.
Pescados azules
Los pescados azules como las sardinas, el salmón o el pez espada aportan Omega 3, un tipo de grasa saludable que además de mejorar nuestra salud cardiovascular tiene un efecto antiinflamatorio que ayuda al buen estado de la piel bronceada.
Es importante evitar los fritos, las salsas ricas en aceites como la mahonesa, el alioli o la salsa verde. Además, los quesos muy curados contienen más grasa y sal, por lo que es preferible optar por quesos frescos y/o yogures desnatados. Tampoco son convenientes las carnes grasas ni las legumbres, por el mayor esfuerzo digestivo que requieren.